¿Cómo afecta la contaminación a nuestra salud cardiovascular?

Por qué la contaminación puede aumentar el riesgo de padecer un infarto y qué otros efectos tiene en nuestra salud cardiovascular

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Si hace unos días os contábamos cómo la contaminación del aire afecta a nuestro cerebro, ahora ha llegado el turno del corazón y la salud cardiovascular. La polución, además de aumentar el riesgo de sufrir un infarto de miocardio, puede acelerar el desarrollo de algunas enfermedades cardiovasculares. ¿Qué relación hay exactamente entre contaminación y salud cardiovascular? ¿Cómo afecta a nuestro corazón y a los vasos sanguíneos y hasta qué punto pueden evitarse sus efectos? Os lo explicamos.

La contaminación del aire es el cuarto factor de riesgo para salud cardiovascular

“La enfermedad cardiovascular es extraordinariamente prevalente en las sociedades desarrolladas como la nuestra, causando más de 330 fallecimientos al día en nuestro país”, afirma Ángel Cequier, presidente de la SEC.

De las 6,7 millones de muertes atribuibles a la contaminación del aire en 2019, la mitad fueron por motivos cardiovasculares, según un estudio realizado por la Federación Mundial del Corazón, el Colegio Estadounidense de Cardiología, la Asociación Estadounidense del Corazón​ y la Sociedad Europea de Cardiología.

Estos organismos subrayan que la contaminación del aire ya se considera el cuarto factor de riesgo causante de más mortalidad por enfermedad cardiovascular, sólo por detrás de la hipertensión, el tabaquismo y la mala alimentación.

Aun así, Ana Navas-Acién, epidemióloga y profesora de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (Nueva York), indica que “en la actualidad, el tratamiento y prevención de la enfermedad cardiovascular se centra básicamente en el control de los factores de riesgo clásicos”. Es decir, la hipertensión, el colesterol elevado, la diabetes, el sedentarismo, el sobrepeso y el tabaquismo.

“Aún no se han incorporado a la práctica clínica habitual en cardiología las estrategias para abordar la contaminación medioambiental como un elemento fundamental para la prevención. Y empieza a ser urgente este cambio de paradigma”, asegura.

La polución aumenta el riesgo de padecer un infarto de miocardio

Los altos niveles de partículas suspendidas en el aire pueden pasar desde los pulmones directamente al torrente sanguíneo y causar daño en la pared de las arterias. Así lo explican desde la Fundación Española del Corazón (FEC). Este problema, según señalan, favorece la coagulabilidad de la sangre (aumentando el riesgo de padecer accidentes trombóticos agudos como el infarto de miocardio) y una reducción de la capacidad vasodilatadora de las arterias.

contaminación y salud cardiovascular
De las 6,7 millones de muertes atribuibles a la contaminación del aire en 2019, la mitad fueron por motivos de salud cardiovascular.

Un estudio publicado en International Journal of Cardiology indica que la exposición a corto plazo a niveles de contaminación atmosférica elevados aumenta el riesgo de sufrir infartos de miocardio.

Jordi Bañeras, cardiólogo y autor principal del estudio, explica a la Agencia SINC que “la contaminación causa un aumento de infartos de miocardio con una obstrucción total de la arteria coronaria, que son los más graves”.

Además, los infartos de este tipo que se producen los días de más polución “presentan un mayor índice de mortalidad, sobre todo en las primeras 24 horas tras el evento, y un mayor índice de fibrilación ventricular, un tipo de arritmia letal”.

Por qué la contaminación puede causar daño a tus arterias

La polución del aire puede contribuir, además, a la aceleración del desarrollo de enfermedades cardiovasculares. “Si la exposición a la contaminación es continua, puede ocasionar a largo plazo el engrosamiento y acumulación de grasas en las arterias y desembocar en una aterosclerosis”, afirman desde la FEC.

La aterosclerosis es una afección cardiovascular que ocurre a menudo con el envejecimiento, según indica Medline Plus, el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Es conocida como "endurecimiento de las arterias" y se presenta cuando se acumulan grasa, colesterol y otras sustancias en las paredes de las arterias. Estos depósitos se denominan placas y, con el tiempo, pueden estrechar u obstruir completamente las arterias y causar problemas en todo el cuerpo.

Existen varias investigaciones que tratan de analizar hasta qué punto la mala calidad del aire contribuye en la aceleración y las complicaciones cardiovasculares de la aterosclerosis. Un estudio publicado en la revista científica The Lancet indica que existe una asociación entre la aterosclerosis y la exposición a partículas contaminantes en el aire. Los autores subrayan la necesidad de reducir la polución para prevenir las enfermedades cardiovasculares.

Joaquín Azpilicueta, cardiólogo y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, confirma a Maldita.es que el proceso de la aterosclerosis se ve acelerado por algunos factores de riesgo: “Algunos no son modificables (la edad, el sexo, la genética) y otros muchos sí lo son en mayor o menor medida (el estilo de vida, los hábitos tóxicos y alimenticios, etc.)”. Entre estos últimos factores, también estarían “la calidad del aire y la polución ambiental”.

Contaminación y salud cardiovascular, ¿es posible evitar sus efectos?

José A. Barrabés, presidente de la sección de cardiopatía isquémica y unidades coronarias de la Sociedad Española de Cardiología, señala que “la polución es altamente nociva para nuestra salud y en particular para nuestras arterias, considerándose ya como un nuevo factor de riesgo cardiovascular para el que no hay otra solución más que intentar evitarla".

Los ancianos, las personas que padecen enfermedades respiratorias y las que presentan otros factores de riesgo cardiovascular (colesterol alto, mala alimentación, estrés) o problemas cardiacos (como angina de pecho) son las que tienen más riesgo de verse afectadas por la contaminación ambiental, según la Fundación Española del Corazón.

Por ello, este organismo les recomienda evitar exponerse a vías con un tráfico intenso y prestar atención al lugar en el que realizan ejercicio intenso al aire libre, ya que al practicarlo “se aspiran muchas más partículas nocivas” que afectan a la salud cardiovascular.

 

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