Tipos de ecosistemas: qué son y qué importancia tienen para la vida

La conservación de los ecosistemas es esencial para el futuro del planeta. Los seres vivos se relacionan entre sí y la alteración de las condiciones del medio puede afectar negativamente a los organismos, produciendo un efecto dominó de terribles consecuencias ambientales. La desaparición de un ecosistema puede alterar la salud ambiental del resto. Si quieres conocer un ecosistema, qué es, cuáles son los distintos tipos que existen y qué podemos hacer para protegerlos, sigue leyendo y te lo contamos. 

¿Ecosistema: qué es?

Un ecosistema es un conjunto de organismos y el medio físico donde viven, se desarrollan y se relacionan. Entre los distintos elementos de este sistema hay una relación de equilibrio que el ser humano debe respetar. Si no lo hace, pone en peligro el futuro del ecosistema.

Los seres vivos se adaptan al medio en el que viven, es decir, al ecosistema del que son parte, y no podrían sobrevivir en otras condiciones. El tipo de suelo o de agua y sus características y componentes, la temperatura, la humedad son algunos factores que determinan qué tipo de ecosistema es. Por tanto, no solo es esencial respetar a los seres vivos, sino también el suelo, el agua y los minerales.

Ecosistema: que es y cuales son los tipos existentes

Ahora que ya sabes qué es un ecosistema, debes saber que existen muchos tipos de ecosistemas diferentes. Existen ecosistemas acuáticos, terrestres, mixtos y artificiales. Además, según la forma en que se estudian, podemos encontrar diferentes formas de clasificarlos. 

Algunos de los ecosistemas más habituales son los siguientes: 

Acuáticos

La mayor parte de los ecosistemas del planeta son acuáticos, ya que el agua cubre la mayor parte de la superficie de la Tierra. Por otra parte, algunos de estos ecosistemas aún son grandes desconocidos. Los acuáticos se pueden dividir en dos subtipos:

Marinos

Los ecosistemas marinos están formados por los mares y océanos. Es decir, son ecosistemas acuáticos, cuya principal característica es que están formados por agua salada. Algunos ejemplos de ecosistemas marinos son los siguientes: 

• Arrecifes de coral: son hábitats marinos extremadamente biodiversos que albergan una gran variedad de especies de corales, peces, invertebrados y otros organismos. Estos ecosistemas se encuentran en aguas cálidas y poco profundas.

• Estuarios: son zonas de transición entre los ambientes marinos y de agua dulce, donde el agua salada y el agua dulce se mezclan. Estos hábitats son críticos para la cría de muchas especies de peces y aves acuáticas.

• Manglares: son ecosistemas costeros que se desarrollan en zonas de marea y ofrecen hábitats valiosos para una variedad de especies marinas y aves. Los árboles de manglar tienen raíces que se sumergen en el agua, lo que brinda protección contra la erosión.

• Zonas intermareales: estas áreas son las que quedan expuestas durante la bajamar y se inundan durante la pleamar. Son hábitats cambiantes y diversos que albergan una gran variedad de organismos, desde algas y mejillones hasta cangrejos y gusanos.

• Plataformas continentales: estas zonas se encuentran cerca de las costas y son relativamente poco profundas. Son áreas importantes para la pesca y la biodiversidad marina debido a las condiciones favorables para el crecimiento de fitoplancton y la concentración de nutrientes.

• Aguas abiertas: las aguas abiertas se refieren a las áreas del océano lejos de la costa y fuera de las zonas más profundas. Aquí se encuentran hábitats pelágicos, como el fitoplancton, el zooplancton y peces pelágicos.

• Aguas profundas: las aguas profundas abarcan los fondos marinos que están situados en las zonas más profundas del océano. Aquí se encuentran hábitats únicos, como los montes submarinos y las fosas oceánicas.

• Marismas salinas: estos hábitats se forman en zonas de costa donde las aguas salinas se encuentran con las áreas de tierra. Suelen albergar una variedad de aves y especies marinas adaptadas a la salinidad.

• Aguas polares: los ecosistemas marinos en las regiones polares están adaptados a las frías temperaturas y pueden albergar una variedad de especies, incluyendo mamíferos marinos como ballenas y focas, así como aves marinas.

• Aguas profundas de mar abierto: en las zonas más profundas del océano, lejos de la costa, existen ecosistemas que dependen de los procesos biológicos y químicos únicos de estas áreas oscuras y frías.

Dulceacuícolas

Los ecosistemas acuáticos de tipo dulceacuícolas están formados por todas aquellas masas de agua dulce. Algunos ejemplos de ecosistemas dulceacuícolas son los siguientes: 

• Lagos y lagunas: los lagos son cuerpos de agua más grandes y generalmente profundos, mientras que las lagunas son cuerpos de agua más pequeños y someros. Estos ecosistemas varían según su profundidad, tamaño y ubicación geográfica, y pueden albergar una variedad de plantas, peces y otros organismos.

• Ríos y arroyos: los ríos y arroyos son sistemas fluviales en movimiento que transportan agua dulce desde las áreas de captación hasta el océano o un lago. La vegetación y la vida acuática en estos ecosistemas dependen de la velocidad del flujo y las condiciones del agua.

• Humedales: los humedales incluyen pantanos, marismas, turberas y ciénagas, entre otros tipos. Estos ecosistemas acuáticos son fundamentales para la biodiversidad, la regulación del agua y la conservación del agua dulce.

• Esteros y manglares de agua dulce: al igual que los ecosistemas costeros de agua salina, los esteros y manglares de agua dulce son hábitats húmedos que pueden albergar una gran diversidad de vida, incluidas aves, peces y plantas adaptadas a las condiciones cambiantes.

• Embalses y represas: los cuerpos de agua creados por la construcción de embalses y represas se consideran ecosistemas artificiales dulceacuícolas. Estos cuerpos de agua pueden tener una variedad de usos, como la producción de energía hidroeléctrica y la regulación del agua.

• Charcas y estanques: estos cuerpos de agua más pequeños pueden ser temporales o permanentes y se encuentran en diversas áreas, desde jardines hasta áreas naturales. Pueden albergar una variedad de plantas acuáticas y pequeños organismos.

• Manantiales: los manantiales son fuentes naturales de agua dulce que emergen del subsuelo. Los hábitats de manantiales varían según la cantidad y la temperatura del agua y pueden ser importantes para la vida acuática local.

• Acuíferos: los acuíferos son sistemas de agua subterránea que pueden afectar directamente la calidad y cantidad del agua dulce disponible en una región.

• Aguas subterráneas: las aguas subterráneas se encuentran debajo de la superficie terrestre y pueden interactuar con los ecosistemas de agua dulce en la superficie, como ríos y lagos.

Terrestres

¿Qué es un ecosistema terrestre? Son sistemas de tierra que albergan animales y plantas. Hay muchos subtipos, dependiendo de la altitud en la que se encuentren, del clima y de otros factores. En una clasificación muy general, se pueden distinguir tres subtipos de ecosistemas terrestres: desérticos, montañosos y bosques. A su vez, cada uno de ellos, también cuenta con sus propias subdivisiones. 

Desérticos

Los ecosistemas desérticos son ecosistemas terrestres que se caracterizan por tener un clima muy seco. Esto condiciona las especies que pueden vivir en ellos. En este sentido, una de sus principales características es que son ecosistemas con muy poca vegetación, algo que también condiciona la cantidad de animales que pueden albergar. 

Algunos de los tipos de ecosistemas desérticos que podemos encontrar son los siguientes: 

• Desiertos cálidos: se encuentran en regiones tropicales y subtropicales, donde las temperaturas suelen ser muy altas durante el día y pueden descender significativamente durante la noche. Ejemplos de desiertos cálidos incluyen el Desierto del Sahara en África, el Desierto de Sonora en América del Norte y el Desierto de Atacama en América del Sur.

• Desiertos fríos: se ubican en zonas de latitudes medias y altas, donde las temperaturas pueden ser extremadamente bajas durante el invierno. Ejemplos de desiertos fríos son el Desierto de Mojave en América del Norte y el Desierto de Gobi en Asia.

• Desiertos costeros: se encuentran cerca de las costas y pueden experimentar influencias climáticas adicionales debido a la proximidad del océano. El Desierto de Namib en África es un ejemplo de un desierto costero.

• Desiertos interiores: están alejados de las influencias marinas y, por lo tanto, tienden a tener un clima más extremo. El Desierto de Karakum en Asia Central y el Gran Desierto de Victoria en Australia son ejemplos de desiertos interiores.

• Desiertos de altitud: se encuentran en zonas montañosas y altas, donde las condiciones secas se deben en gran parte a la altitud. El Desierto de Atacama, en algunos de sus sectores, se considera un desierto de altitud debido a su ubicación en las montañas de los Andes.

• Desiertos rocosos y pedregosos: algunos desiertos están caracterizados por paisajes de rocas y cantos rodados en lugar de arena. Estos desiertos pueden tener una geología única y albergar especies adaptadas a vivir en superficies rocosas.

• Desiertos de dunas: en algunos desiertos, como el Desierto del Sahara, se encuentran grandes extensiones de dunas de arena móviles que crean un paisaje característico.

Montañosos

Los ecosistemas de montaña son ecosistemas terrestres que se caracterizan por estar ubicados en terrenos elevados, tales como macizos o cordilleras montañosas. Algunos ejemplos de subtipos de ecosistemas de montaña son los siguientes: 

• Bosques de montaña: estos ecosistemas varían según la altitud y pueden incluir desde bosques caducifolios y mixtos en las zonas más bajas hasta bosques de coníferas a medida que aumenta la altitud. Los bosques de montaña albergan una amplia variedad de especies de árboles y animales adaptados a las condiciones cambiantes.

• Praderas alpinas y tundras: a medida que la altitud aumenta y las condiciones se vuelven más extremas, los bosques pueden dar paso a praderas alpinas y luego a la tundra alpina. Estas áreas están dominadas por vegetación baja y resistente, como hierbas y arbustos.

• Glaciares y campos de hielo: en las alturas más elevadas de las montañas, los glaciares y los campos de hielo son ecosistemas notables. Estos ecosistemas están formados por hielo y nieve y pueden albergar vida adaptada a condiciones extremadamente frías.

• Bosques de coníferas subalpinos: a medida que se asciende más en la montaña, los bosques de coníferas se vuelven dominantes. Estos bosques pueden albergar especies de árboles como el pino albar, el abeto y el cedro.

• Zonas de roca y matorral: en las zonas más altas de las montañas, donde la vegetación se vuelve escasa, pueden encontrarse áreas de roca y matorral. Estos espacios están habitados por plantas adaptadas a las condiciones secas y rocosas.

• Áreas de cultivo y pastoreo: en algunas regiones montañosas, las comunidades humanas han establecido áreas de cultivo y pastoreo en las laderas de las montañas. Estos paisajes culturales también forman parte del ecosistema de montaña.

• Lagos y lagunas de montaña: las áreas deprimidas en las montañas pueden albergar lagos y lagunas, que pueden variar en tamaño y profundidad. Estos cuerpos de agua pueden ser importantes hábitats para la vida acuática y aves migratorias.

• Ríos y arroyos de montaña: los ríos y arroyos que fluyen a través de las montañas crean hábitats acuáticos únicos. La corriente rápida y las temperaturas frescas influyen en la biodiversidad de estos sistemas fluviales.

Bosques

Los ecosistemas de bosques se caracterizan por contar con una abundante vegetación. Dependiendo del tipo de especies vegetales que encontremos, podemos hablar de los siguientes tipos de ecosistemas terrestres de bosque: 

• Bosques tropicales: se encuentran en regiones cercanas al ecuador y tienen altas temperaturas y precipitaciones durante todo el año. Son conocidos por su diversidad biológica y una gran variedad de especies de plantas y animales.

• Bosques subtropicales: se encuentran en zonas más alejadas del ecuador que los bosques tropicales, pero aún tienen temperaturas relativamente cálidas. Los bosques subtropicales a menudo experimentan estaciones secas y húmedas.

• Bosques templados: se encuentran en regiones con estaciones distintas, con inviernos fríos y veranos cálidos. Los bosques caducifolios, como los bosques de hoja ancha en América del Norte y Europa, son un ejemplo de este tipo de ecosistema.

• Bosques boreales (taiga): ubicados en regiones cercanas a los polos, los bosques boreales tienen inviernos muy fríos y veranos cortos. Están dominados por coníferas, como pinos y abetos.

• Bosques de coníferas: están compuestos principalmente por árboles coníferos, como pinos, abetos y cedros. Pueden encontrarse en varias zonas climáticas, desde las regiones templadas hasta las boreales.

• Bosques de montaña: se encuentran en elevaciones más altas, donde las condiciones climáticas pueden variar significativamente debido a la altitud. Estos bosques albergan especies adaptadas a climas más fríos y extremos. 

• Bosques mixtos: estos ecosistemas incluyen una combinación de árboles de hoja ancha y coníferas, creando una diversidad de hábitats y especies.

• Bosques secos: se encuentran en regiones con estaciones secas prolongadas y precipitaciones limitadas. Los árboles y plantas aquí están adaptados para sobrevivir en condiciones de sequía.

Mixtos o híbridos

Se ubican en zonas donde se mezclan dos tipos de ecosistemas diferentes, uno marino y otro terrestre. Los animales que habitan necesitan de ambos tipos de ecosistemas para sobrevivir. Algunos ejemplos son los siguientes: 

• Bosques de manglares: situados en áreas costeras tropicales y subtropicales, los manglares están adaptados a la salinidad del agua y son importantes para la protección costera y la biodiversidad.

• Bosques de ribera: también conocidos como bosques riparios, crecen a lo largo de los ríos y arroyos, proporcionando hábitats vitales para muchas especies y ayudando a prevenir la erosión. 

• Costas: estos ecosistemas se caracterizan por estar situados justo en zonas donde el mar se junta con la tierra, encontrando una biodiversidad propia de las playas y acantilados. 

• Esteros: estos ecosistemas se caracterizan por estar ubicados en aquellas zonas en las que se juntan masas de agua dulce con masas de agua salada. Por ejemplo, la desembocadura de un río. El resultado es un ecosistema propio, adaptado a una salinidad baja pero no nula. 

Artificiales

Creados por el ser humano de forma artificial. Algunos ejemplos son los siguientes: 

• Áreas urbanas: las ciudades y pueblos forman ecosistemas urbanos que incluyen edificios, carreteras, parques y áreas verdes planificadas. La vida en estas áreas es influenciada por la infraestructura y las actividades humanas.

• Áreas agrícolas: los campos de cultivo, los pastizales y los sistemas de producción de alimentos son ejemplos de ecosistemas agrícolas. Aquí, la vegetación y la vida silvestre pueden estar influenciadas por prácticas agrícolas y la introducción de cultivos.

• Bosques plantados: los bosques creados por reforestación o plantación de árboles con fines madereros o de conservación son ejemplos de ecosistemas forestales artificiales.

• Embalses y represas: los cuerpos de agua creados por el hombre, como embalses y represas, crean ecosistemas acuáticos artificiales que pueden albergar diversas especies acuáticas.

• Jardines y parques: los jardines públicos y privados, así como los parques, son ecosistemas artificiales diseñados para el disfrute humano y pueden albergar una variedad de plantas y animales.

• Aguas residuales tratadas: los sistemas de tratamiento de aguas residuales generan ecosistemas acuáticos artificiales, donde el agua tratada puede albergar vida acuática y contribuir a la conservación del agua.

• Hábitats en áreas de construcción: las áreas de construcción temporal pueden crear oportunidades para la colonización de plantas y animales, formando ecosistemas temporales en esos sitios.

• Invernaderos: los invernaderos son ambientes controlados donde se cultivan plantas en condiciones específicas, creando microecosistemas artificiales.

• Jardines botánicos y zoológicos: estos espacios están diseñados para albergar y exhibir una variedad de especies vegetales y animales en condiciones controladas.

• Aguas de lastre de barcos: el agua de lastre liberada por los barcos en diferentes partes del mundo puede transportar especies marinas, creando ecosistemas acuáticos artificiales en nuevos lugares.

Beneficios que aportan los ecosistemas

Ahora que ya sabes todo sobre un ecosistema, qué es y cuales son los tipos, debes saber que la preservación de los ecosistemas produce una serie de importantes beneficios para el medio ambiente y, por tanto, para el bienestar de todas las personas.

• Purificación del agua, de la tierra y del aire: un ecosistema saludable disminuye la contaminación del medio ambiente.

• Protección ante fenómenos climatológicos extremos: los efectos de inundaciones y sequías son menos dañinos en ecosistemas bien conservados.

• Estabilización del clima: aunque el clima es un fenómeno global, los ecosistemas influyen en parte en los microclimas de cada región o zona ambiental, estabilizando los fenómenos climáticos.

• Conservación de la biodiversidad: Las especies de plantas y animales se adaptan a un ecosistema concreto y sobreviven en este. Si las condiciones de dicho ecosistema se alteran, la supervivencia de los seres vivos peligra.

• Fuente de alimentos y materias primas: los recursos naturales que ofrecen, no solo son esenciales para la vida animal y vegetal, sino también para la propia supervivencia del ser humano. 

• Captura de carbono: los ecosistemas son los grandes sumideros de carbono del planeta. En otras palabras, son esenciales para la lucha contra el cambio climático. 

Algunos ecosistemas en peligro

A pesar de la importancia que tienen estas zonas para la buena conservación del planeta, algunos están gravemente amenazados, hasta el punto de que pueden desaparecer si no se toman medidas urgentes.

Según la UICN, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, los siguientes ecosistemas se encuentran en peligro crítico de extinción:

• Manantiales kársticos: situados al sur de Australia y con más de 8 kilómetros cuadrados de extensión, albergan especies de cangrejos de agua dulce que podrían desaparecer.

• Mar de Aral: se encuentra entre Kazajistán, al norte, y Uzbekistán, al sur. Ha perdido un 90 % del agua original debido a su uso para regadío y diferentes trasvases. Han desaparecido, al menos, 28 especies de peces que solo vivían allí.

• Bosques de Acacias: en Senegal, Malí y Mauritania. En una zona en la que la desertización avanza peligrosamente, la agricultura intensiva y el pastoreo están poniendo en peligro este valioso ecosistema.

• Turberas elevadas: no hace falta irse muy lejos para encontrar ecosistemas en peligro. Estos humedales que funcionan como grandes reservas de carbono se sitúan en Alemania.

• Fynbos: situados en Sudáfrica, son uno de los tesoros botánicos del continente, ya que albergan más de 8.500 especies de plantas. A la construcción y la agricultura se suman los incendios forestales y ponen en peligro su supervivencia.

• Coorong: como parque natural, cuenta con la protección internacional. Sin embargo, solo se conserva un 10 % de la extensión original. Se encuentra en Australia.

• Bosques de algas gigantes: en la inhóspita región de Alaska crecen estas enormes algas que parecen árboles sumergidos. Entre otros, los erizos de mar son uno de los principales problemas para este ecosistema.

• Arrecifes de coral: en el mar Caribe encontramos esta joya amenazada por actividades humanas: turismo, sobrepesca, blanqueamiento del coral debido al cambio climático, etc. De las 13.000 especies de plantas, más de 6.500 son endémicas. 

Importancia de conservar los ecosistemas 

Ahora que ya sabemos la importancia que tienen los ecosistemas, cabe preguntarse por las acciones que podemos llevar a cabo para protegerlos y conservarlos. Algunas acciones concretas que podemos realizar para conseguirlo son las siguientes: 

Ecosistemas Acuáticos

Lagos y lagunas

• Controlar la contaminación del agua mediante la regulación de vertidos industriales y de aguas residuales.

• Fomentar prácticas de manejo sostenible en áreas de agricultura cercanas para evitar la escorrentía de fertilizantes y pesticidas.

Ríos y arroyos

• Implementar zonas de vegetación ribereña para reducir la erosión y filtrar contaminantes.

• Establecer regulaciones para evitar la extracción excesiva de agua y mantener caudales ecológicos mínimos.

Humedales

• Regular el desarrollo en áreas cercanas a humedales para evitar la degradación y la pérdida de hábitats.

• Crear reservas y áreas protegidas para conservar humedales y su biodiversidad.

Esteros y manglares de agua dulce

• Restaurar zonas de manglar degradadas para recuperar hábitats y fomentar la cría de especies acuáticas.

• Implementar prácticas sostenibles de pesca y acuicultura en esteros y áreas de manglares.

Ecosistemas Terrestres

Bosques

• Realizar la gestión forestal sostenible, que incluye la tala selectiva y la reforestación.

• Prevenir la deforestación y los incendios forestales a través de medidas de prevención y vigilancia.

Praderas y sabanas

• Fomentar la agricultura sostenible y regenerativa para evitar la conversión de praderas en tierras de cultivo.

• Restaurar áreas degradadas y crear corredores ecológicos para conectar hábitats dispersos.

Desiertos

• Implementar prácticas de pastoreo sostenible para prevenir la degradación del suelo y la desertificación.

• Promover la revegetación de áreas degradadas y la conservación de especies endémicas.

Ecosistemas de montaña

• Regular las actividades humanas en zonas de montaña para evitar la degradación del suelo y la deforestación.

• Establecer áreas protegidas en zonas de montaña para conservar la biodiversidad.

Áreas de cultivo y pastoreo

• Fomentar prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles para reducir la erosión y la pérdida de suelo.

• Promover la rotación de cultivos y el uso de prácticas de manejo del suelo que mejoren la salud del suelo.

Ecosistemas Artificiales

Áreas urbanas

• Diseñar ciudades verdes con parques, áreas verdes y espacios abiertos para promover la biodiversidad y la calidad del aire.

• Implementar técnicas de construcción sostenible para reducir la huella ambiental de los edificios.

Bosques plantados

• Planificar la reforestación con especies nativas y evitar la introducción de especies exóticas invasoras.

• Mantener la diversidad genética de los bosques plantados para garantizar la resistencia a enfermedades y cambios climáticos.

Áreas de construcción temporales

• Restaurar las áreas afectadas por la construcción una vez que las obras hayan finalizado.

• Implementar prácticas de gestión de residuos y prevención de la contaminación en los sitios de construcción.

Invernaderos

• Utilizar técnicas de cultivo ecológicas y evitar el uso excesivo de productos químicos.

• Implementar medidas de ahorro de agua y energía en la operación de los invernaderos.

Conservar los ecosistemas en buen estado es indispensable para proteger la biodiversidad. Más allá, los ecosistemas proveen al ser humano de los recursos necesarios para vivir. Por tanto, ya sea por conciencia ecológica o por egoísmo bien entendido, gobiernos y ciudadanos deben colaborar para lograr que ningún ecosistema desaparezca.

 

Por Enrique Arriols