La diversidad puede aportar grandes beneficios a la sociedad y las empresas. Esta debe considerarse como un activo, protegerse y promoverse a través de una cultura de inclusión.

La española es una sociedad heterogénea y plural, constituida por personas de orígenes muy diversos. Y esta gran diversidad cultural es nuestra fuerza colectiva; debemos protegerla y cultivarla. También en nuestro lugar de trabajo, donde la multiculturalidad puede ofrecer muchas ventajas: atraer talento, mejorar la imagen de la empresa, favorecer su desarrollo económico, etc. Porque el modo en que las compañías hacen negocio determina su sostenibilidad, y la sostenibilidad comienza generando entornos de pertenencia y confianza dentro de la organización.
Una sociedad multicultural
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) define cultura como «el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias».
Si bien no todas las ciudades ni todos los barrios comparten esta realidad con la misma intensidad, la nuestra es en conjunto una sociedad históricamente formada por personas de diferentes culturas, orígenes y experiencias vitales. Según los últimos datos, 1 de cada 10 personas en España es extranjera. Pero limitarnos a las cifras nos da una visión muy escueta, que no refleja realmente la multiculturalidad que se percibe en las calles, en la rutina y la cotidianeidad del día a día.
Aunque supone un desafío a nivel social y demográfico, la diversidad cultural representa una riqueza para la sociedad y las personas que la forman. Refiriéndonos con diversidad no solo a lo multicultural o racial, sino también al género, la edad y la discapacidad. Todo tipo de diversidad puede aportar grandes beneficios; también a las empresas como colectivos.
5 beneficios de la diversidad cultural en las empresas
Planteada como parte de la estrategia empresarial, la diversidad es un reto que puede ofrecer múltiples beneficios. Esta hace a la empresa más multicultural, productiva y sólida. Las siguientes son algunas de las ventajas que la diversidad cultural brinda a las compañías:
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Fuente de talento
La diversidad es una fuente de talento diverso; lo atrae y retiene. Pues gestionar esta pluralidad de manera correcta es poner en valor las diferencias como fortalezas, permitiendo que se reconozcan las competencias culturales como parte del aprendizaje y experiencia profesional.
Además, posibilita el aprovechamiento de talentos de perfiles con un amplio potencial pero que tradicionalmente sufren una serie de discriminaciones por motivos racionales y de género. Un ejemplo es el de las mujeres de origen extranjero.
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Creatividad e innovación
La diversidad cultural potencia la creación; refuerza la colaboración entre los distintos equipos de trabajo, facilitando que se alcancen soluciones complejas e innovadoras. El hecho de contar en una plantilla con personas de diferentes orígenes y condiciones ofrece la oportunidad de comunicarse con otras culturas, de intercambiar nuevas ideas y conocimientos.
Estas experiencias y puntos de vista diversos favorecen la creatividad y la innovación. Ambas, herramientas muy útiles para que la empresa pueda entender y sepa dirigirse a las necesidades de su público objetivo.
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Mejora de la reputación e imagen corporativa
Lograr diferenciarse de la competencia y potenciar la singularidad es hoy un aspecto clave en la estrategia de cualquier empresa. Y una manera de hacerlo es a través de la diversidad.
La puesta en valor de la diversidad cultural en la estrategia empresarial hace que mejore la percepción de la compañía por sus diferentes grupos de interés (trabajadores, clientes, proveedores, colaboradores, etc.). Lo que influye de manera positiva en su reputación y valoración por parte de la sociedad.
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Mayor productividad
Incluir la diversidad en el entorno laboral genera un impacto directo en los resultados operativos de la compañía. La satisfacción de quienes la integran, sus empleados, se traducirá en un mayor compromiso. De acuerdo con una investigación de Center for Talent Innovation, en Estados Unidos, país con una enorme diversidad cultural, los hombres blancos tienen más sentido de «pertenencia» a su empresa que los empleados y empleadas de otras razas o etnias. Esto hace que estén más comprometidos (97 % frente a 54 %) con su trabajo.
Titulado El poder de pertenecer: qué es y por qué es importante en el lugar de trabajo actual, el informe del CTI pide a los líderes empresariales que creen culturas de trabajo que impulsen un sentido de pertenencia a todos los empleados. Las organizaciones deben ofrecerles las condiciones necesarias para que puedan desarrollarse y desarrollar su trabajo con dignidad y en igualdad de condiciones, tal como promueve la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El intercambio de experiencias y conocimientos contribuye a mejorar las relaciones interpersonales. Contar en la empresa con trabajadores sin tener en cuenta su nacionalidad, religión, edad o sexo suscita un ambiente de equidad y respeto que propicia un buen clima laboral, lo que beneficiará a la productividad.
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Más crecimiento y desarrollo económico
Todo lo anterior deriva en beneficios económicos. La globalización representa grandes desafíos, y ante la expansión de los mercados las compañías dependen cada vez más de sus transacciones con los distintos países. Por lo que saber gestionar de forma adecuada ladiversidad cultural esesencial para obtener una ventaja competitiva en un mercado global.
Los equipos culturalmente diversos reportan un mayor crecimiento. Existen estudios que demuestran que la diversidad repercute en el desarrollo económico de la empresa. Las Mejores Empresas para Trabajar se caracterizan por tener culturas organizacionales tolerantes, que promueven la igualdad. Compañías referentes que cuentan con las personas «como principal apuesta de valor para destacar en un mercado competitivo y superar sus objetivos empresariales», señalan desde Great Place to Work, que «priorizan a las personas como estrategia de negocio».
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Diversidad cultural y ODS
Mediante sus políticas y estrategias de Responsabilidad Social Corporativa, las empresas pueden generar numerosos beneficios económicos, sociales y medioambientales. Asimismo, la diversidad en el sector empresarial puede favorecer el cumplimiento de la Agenda 2030 y los ODS.
«Las empresas, como actores sociales, tienen un papel fundamental para alcanzar el cumplimiento de la Agenda 2030 y de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible», dice la ONG Accem. Este papel de las organizaciones y la diversidad cultural está, pues, muy relacionado con los ODS y puede propiciar un cambio sólido, real y efectivo en ámbitos como la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, el trabajo decente y el crecimiento económico, la reducción de las desigualdades o la creación de alianzas.
La diversidad cultural aporta importantes beneficios tanto en el ámbito empresarial como al conjunto de la sociedad; «es tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos», declara la Unesco en el artículo primero de su Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural. Esta «constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras».